jueves, 15 de noviembre de 2012

Un viaje emocionante 5.

Casi había amanecido cuando sonó el despertador.Eran las 5 y media de la mañana.
Tras vestirme y tomarme mi café Latte era persona.
Teníamos que estar puntuales en la estación, que el tren bala no esperaba.

El día prometía.Habíamos quedado con Augusto, un guía peruano que nos llevaría a ver el Monte Fuji.
Apenas habíamos atravesado las puertas del metro cuando lo vimos a lo lejos.

Con un ¿Qué tal chicos? ¿Cómo va ese viaje? nos saludó, y a partir de ahí fue como si lo conociéramos de toda la vida.
 Augusto,el guía.

Nos subimos a su coche y nos fue contando como iba a ser la excursión.
El camino se nos hizo muy ameno.No paraba de contarnos cosas de Japón, como conoció a su mujer japonesa y como eran sus hijos.Nos preguntó a qué nos dedicábamos cada uno y nos ofreció frutos secos y dulces que llevaba preparados,todo un detalle,vaya.
Nuestra primera parada fue en una zona donde había un templo y unos paisajes que te dejaban la boca abierta.





Después nos llevó a una zona donde había unas cataratas chulísimas.

La siguiente parada era una cueva de hielo.Nos advirtió que lleváramos algo de abrigo...y menos mal porque allí hacía un frío...

La cueva era super estrecha, a penas cabías, y muchas veces, tenías que pasar agachado.Mas de uno se pegó un coscorrón.

Al llegar al final te encontrabas con las zonas verdes.



Había muchos cartelillos como este en la entrada de la cueva.

Como se acercaba la hora de comer nos fuimos a un restaurante que eligió Augusto.Por el camino paramos en una tienda todo a un Yen.
También estuvimos en un supermercado.Aunque parezca increible, en Tokio no encuentras supermercados como los que tenemos nosotros aquí,estos suelen estar en las afueras.Esto no quiere decir que no tengan,  por la ciudad es normal encontrarte, algunos de 24 horas como el seven eleven o los llamados combinis.
Allí, pudimos comprobar que la fruta la pagan a precio de oro, y que, puedes comprar una pieza y no tienes que hacerlo por kilos.

El restaurante elegido era un restaurante giratorio.Te sientas en una barra donde arriba, hay una cinta por la que pasan los platos, si lo quieres lo coges y si no lo dejas pasar. 
Este fue uno de los muchos que yo cogí...sushi de hamburguesa...todo un lujo.
Los platos estaban clasificados por colores, los que tenían el filo verde llevaban wasabi, una cosa que pica muchísimo. 

Otra cosa que te llamaba mucho la atención era, que si no querías esperar a que llegara el plato que querías, disponías en la parte de arriba de un ordenador donde elegías el plato y un tren bala de juguete te lo traía y se paraba justo donde estabas sentado.
Adivinad como pedimos la mayoría de los platos ^_^ Era super divertido.

 Aquí el resultado de nuestra comilona.

Una vez que los estómagos estaban super llenos seguimos nuestro camino.

La siguiente parada era el bosque de Aokigahara o como allí lo llaman, el bosque de los suicidas.

Tal y como su nombre indica es el bosque que eligen los japoneses para suicidarse.Dicen que una vez que entras, no consigues salir, ya que la frondosidad de sus árboles es tan espesa, que es muy complicado encontrar el camino de vuelta.

Justo en la entrada, te encuentras este cartel que viene a significar esto:
La vida es un regalo de tus padres, no la desperdicies.Si necesitas ayuda llama al teléfono tal





Ausgusto nos contó, que el ejército entra una vez al añó y saca los cadáveres que hay allí.El último año sacó trecientos y pico. 
Antes se suicidaban tirándose a las vías del tren,pero la familia tenía que indemnizar a todos los pasajeros que habían sufrido retraso por culpa de esta persona.Imaginad...se quedaban pobres con la de criaturas que allí  viajan.

Tuvimos la oportunidad de andar por un sendero paralelo y empezaron con el chachondeo de que se iban al bosque por distintos motivos.Nos lo pasamos muy bien.

Una vez visitado el bosque, la idea era subir a lo alto para ver el Monte Fuji.Las vistas eran impresionantes.Pero...había niebla y no se veía el monte.


Augusto nos llevó mientras a un lugar sorpresa.Donde pudimos vertirnos con el típico traje que llevan las japonesas, el yukata.Ellos de samuráis.
 Esa soy yo...que tuve que improvisarme un remoño.
Ellos estaban un poco raros y el casco les pesaba un huevo...acabaron con un dolor de cabezaa.

Tras esto, pasó una hora y ya apareció el montecillo ^^
Desde que vi este  puzzle supe que,si iba a Japón alguna vez, yo quería tener mi propia foto del paisaje.Me tenía enamorada.


Hicimos la de arriba, y ésta , que cada vez que la veo se me pone el pelo de punta...Es una de mis favoritas.
  




Y ya miles más.



Aquí las vistas desde abajo,un lago precioso...cuando aún estaba la niebla.

Y ésta, cuando ya decidió despejarse.


Antes de bajar nos llevó al último templo.
Este templo se caracteriza por el misterio.Dentro de esas puertas del fondo hay una imagen que nadie ha visto, sólo el dueño del templo sabe lo que es.
Se supone que nadie puede entrar, normalmente está cerrado.Como era tarde y no había nadie, Augusto habló con el dueño y nos dejó pasar.
 
Empezaba a atardecer.Tocaba emprender el camino de vuelta al hostal . 

Nos despedimos de Augusto, una gran persona.
Y nos subimos al tren bala que nos llevaría de vuelta a Tokio.




Un día diferente e inolvidable.
Continuará...


 






7 comentarios:

Opiniones incorrectas dijo...

Wow... parece un sitio sacado de los cuentos de emperadores antiguos de los libros de la infancia. Sin duda, una experiencia inolvidables.

Irene dijo...

Me ha encantado esta escursión y las fotos que has hecho son impresionantes... Eso si, los carteles de la cueva de hielo, muy expresivos...

Lourdes dijo...

Una pasada, vaya...
Y las fotos, geniales!


Besos!!

Sra. T dijo...

Pedazo viaje! Que envidia!
Como ya te han dicho por arriba,,,, una pasada!

Besucos

Elena dijo...

Qué pasada de vistas Sonia!

Por cierto, que como andaba con retraso, te comento las anteriores entradas por aquí.

El miércoles yo también hice huelga, sólo tres en mi cole. Penoso. El típico argumento de que "no sirve para nada y encima me quitan el sueldo". En fin...

Mucho ánimo con las listas. La cosa está chunga pero ya te digo yo que han habido años peores (hace tiempo, cuando sólo se podía estar en una provincia).

Un besillo ;)

Désirée dijo...

Estoy verde de envidia.
Viajar a Tokio e suno de mis sueños!
Felicidades por ese emocionante viaje.

crisprofe dijo...

He estado leyendo tu entrada y me parece impresionante todo lo que cuentas. Gracias por acercarnos un poco a la cultura japonesa. Preciosas las fotos. Besos.