lunes, 12 de octubre de 2015

Sinceros son un rato.

Después de un mes con ellos, me he dado cuenta de que mis alumnos oyen lo que les conviene.

Hay algunos que no se enteran de lo que hay que hacer cuando explicas la actividad, pero activan totalmente el radar cuando estás comentando algo con alguna compañera.

El otro día le estaba diciendo a una compi "Eso es algo importante que tengo que dejar listo antes de irme".

Mis pequeños, que supuestamente estaban resolviendo problemas, levantaron al unísono la cabeza y uno de ellos dijo.

Maestra ¿Te vas? ¿Y por qué te vas?
Yo que no tenía ganas de darle explicaciones de la cruda realidad les dije.
- Sí, me voy el miércoles, porque nunca me escucháis y tampoco me queréis.
Mi M, que es muy espabilada saltó: Maestra, puede que algunos no te escuchemos, pero quererte, te queremos todos.
Y no tuve más remedio que ponerle a todos un punto verde, pero no de los normales, sino de los fosforitos, que molan más.

domingo, 4 de octubre de 2015

Y como todos los niños volvimos al cole

Pues eso, este año como ya tenía algo de tiempo trabajado volví al cole el 10 de septiembre, como los niños.

Esta vez me tocó una clase de tercero de primaria.

-Una clase que abren los ojos de par en par, cuando le dices que ya son muy mayores y por eso, van a trabajar mucho.

- Unos niños que el primer día escribían torcido en sus libretas , no dejaban márgenes y los espacios eran inexistentes.

- Unos niños que, tras explicarle durante media hora, cómo se hacía la actividad, y asentir todos que no tenían ninguna duda, venían a tu mesa con cara de circunstancia para que se lo explicaras de nuevo.

- Unos niños para los que, asignarle un punto verde es lo más.

-Unos niños que mueven la mano a la velocidad del rayo, cuando la recompensa es un dibujo de los minions.

-Unos niños charlatanes que cierran el pico en cuanto les enseñas el texto que van a copiar como sigan así.

- Unos niños que te piden permiso hasta para agacharse a coger el lápiz.

- Unos niños que se emocionan porque van a salir a 200 metros del colegio a echar una carta en el buzón.

- Unos niños, que a las 10 de la mañana te están preguntando cuánto queda para el recreo porque tienen mucha hambre.

- Unos niños que te pregunta si tal palabra lleva tilde.

-Unos niños que ponen cara de espanto si les mandas más de cuatro ejercicios para la casa.

En fin, unos niños bastante tiernos.