martes, 3 de noviembre de 2009

LOS LÍMITES DE LA JUVENTUD

Esta tarde hemos recibido la visita de un paciente con un traumatismo. Estas visitas de urgencia suelen ser frecuentes, ya que desgraciadamente, en la vida ocurren cosas que por una circunstancia u otra son inevitables.
Pero en este caso, sí, se podía haber evitado.
Noche de Haloween, la juventud en la calle disfrutando de la fiesta, esta persona se asoma a su balcón y de pronto le tiran un huevo que impacta en su ojo.
¿Y entonces es cuándo yo me pregunto?
¿Dónde están los límites entre la diversión y la razón?

Recuerdo en mis tiempos las típicas gamberradas que se hacían, que oye nadie es un santo, pero nunca jamás hemos llegado al extremo de herir a una persona.
No entiendo a los jóvenes de hoy, no entiendo tanta libertad para que sirve, y no entiendo que necesidad hay de hacer estas cosas para divertirse.

Luego le echan la culpa a la escuela, que hay que ver que no los educan, como si los padres no tuvieran obligaciones sobre ellos, pero claro siempre tiene que haber un culpable al que imputar sus propios fracasos.



2 comentarios:

Encarni dijo...

Pues sí, es vergonzoso ver cómo la gente no sabe hasta dónde llega ese límite de "diversión".

El sábado, cuando fuimos a recoger a una amiga que iba disfrazada a una fiesta de Halloween había un vecino suyo limpiando los cristales que le habían puesto perdidos de huevos por la dichosa fiestecita y quejándose el pobre hombre, con toda la razón del mundo, ya que tenía un enfermo en casa. No entiendo dónde está lo divertido de esto, la verdad. Y en concreto, esta fiesta, no me gusta nada. Nos estamos americanizando demasiado (y eso que soy maestra de inglés...)

En fin, como se suele decir: hay gente pa' to.

Saludos Sonia.

Esther dijo...

Joder con Halloween de las narices!! pues a mi que no me tiren huevos a la casa porque los mato directamente...hay que acoger todas las fiestas y disfrutarlas, pero el lado malo que se lo queden ellos no? Si es que se pega todo menos la guapura!!